Las fotos tradicionales (las que usted hace con su cámara digital o analógica), están en dos dimensiones (2D). Esto significa que usted no puede captar el relieve ni la profundidad de los elementos que aparecen en la foto como lo haría si contemplase la escena real. Sus retratos en papel no pueden girarse para observar al sujeto de medio lado y ver su perfil.

Los Retratos 3D, por el contrario, sí tienen relieve, ya que se trata de una auténtica talla del cristal en tres dimensiones (3D), sólo que el tallado es interior y no exterior. Por lo tanto se puede dar a la imagen todo el relieve y profundidad que permita el grosor del cristal en que se graba la imagen.

Si elige un cristal plano (de poco grosor) para grabar sus fotos en él, la foto quedará grabada con la misma calidad que las ímágenes en 3D, pero carecerán de relieve (no apreciará profundidad en la imagen). Puede elegir cualquier tipo de cristal para grabar sus fotos en 2D, pero si graba una foto en 2D en un cristal grueso, al mirar el cristal lateralmente sólo verá una línea recta más o menos fina, en lugar de ver el perfil (frente-nariz-barbilla) de la persona. Por eso, para las fotos grabadas en 2D se suelen usar cristales más delgados, ya que el grosor del cristal en estos casos no aporta gran cosa.

Grabar sus fotos en 2D tiene varias ventajas sobre el retrato en 3D: por una parte se ahorra el coste extra del diseño en 3D y por otro lado puede grabar cualquier foto en 2D sin limitarse sólo a caras, como es el caso de los Retratos 3D. Además los cristales utilizados para grabar fotos en 2D, aunque son más delgados, suelen ser más grandes en lo que a superficie de grabación se refiere (la cara frontal), de modo que puede conseguir que  sus fotos grabadas en cristal queden más grandes  y a un precio más ventajoso del que le costaría un Retrato 3D en un cristal del mismo tamaño pero más grueso.