Proceso de marcaje laser de una serie de cubos de cristal.

Los cristales grabados con láser son un caso más de la proliferación de la tecnología del láser en nuestras vidas cotidianas. El láser ha dejado de ser algo que sonaba a ciencia ficción para incorporarse a nuestras  vidas de formas muy diversas, aunque muchas veces no nos damos cuenta de ello. Muchos procesos industriales son posibles gracias al láser, entre ellos el marcaje de piezas para su identificación y trazabilidad. Los cristales grabados con láser constituyen un ejemplo particular de esta última aplicación.
La particularidad radica en que el cristal es un material transparente y eso permite que la luz alcance puntos del interior de la pieza de cristal y no sólo de su superfice. Por ello esta técnica es aplicable también a otros materiales transparentes como el metacrilato. De este modo se consigue el marcaje subsuperficial, que es una forma más técnica de denominar al método por el cual se obtienen las imágenes grabadas en el interior del cristal, y que la diferencia de otras técnicas más tradicionales, como el marcaje por chorro de arena, que lo que hacen es “arañar” la superficie del cristal.
Aunque esta técnica láser se ideó, en principio, con fines industriales, su estudio y perfeccionamiento junto con la accesibilidad de las aplicaciones de diseño en 3D a un número creciente de usuarios, especialmente en el campo de las artes gráficas, y láseres cada vez más potentes y precisos, han permitido la obtención  de resultados más artísticos, como es el caso de los cristales grabados con laser para la impresión de imágenes en 3D o fotografías en cristal.